¡Me quito el sombrero ante Iris!
Cada vez son más las personas conscientes de la importancia de que la silla esté ajustada a la medida del caballo. Es cierto que esta debe adaptarse a nosotros, no obstante, es un disparate pensar que una misma silla pueda ser utilizada en múltiples caballos, o que se pueda utilizar la misma montura sin haber sido adaptada a lo largo de los años, ¿pues acaso nosotros utilizamos los mismos zapatos desde que tenemos 5 años hasta tener 30? Esta concepción que tenemos sobre las monturas es errónea y muy dañina, pues es como si un dentista utilizase el mismo molde de aparatos para todos los pacientes y sólo tuviese en cuenta el tamaño de la boca.
Hace menos de un año recibí una solicitud de parte de una chica de Barcelona, Iris, para una medición del dorso de su caballo con el EQUIscan.
El hecho de que el padre estuviera ahí presente durante la medición no es extraño, pues muchas veces se interesan por el funcionamiento del sistema EQUIscan. Además, es muy frecuente que sea el padre que me contacte y que elija la silla, pero este no fue el caso de Iris.
Ella me contactó, y al llegar a la hípica, me encontré con una chica de 16 años, aún con el uniforme escolar. Me presentó a su padre y su yegua Baya, de 4 años. Siguiendo con el procedimiento, tomé las medidas de la yegua y también de Iris.
Al finalizar esperaba que el padre sacara la cartera para pagar la medición, pero en su lugar, fue ella quien sacó el dinero y me pagó.
-Qué bien, un montón de dinero en billetes pequeños y en monedas. Me encanta, normalmente me dan billetes grandes y lo que más se usa son los pequeños- digo yo. Los billetes estaban todos algo arrugados. -No-, dice el padre de Iris -Este dinero es de ella, lo ha estado ahorrando y hoy lo ha sacado de su hucha. Y la silla también te la va a pagar ella sola-. ¡Uff! Me quedé un poco de piedra.
Iris eligió una silla para su yegua, que se ajustara bien a la yegua y a ella, y poco a poco consiguió el importe total para poder pagar la silla y ahora Iris y Baya tienen una silla a medida para los dos.
Me quito el sombrero ante Iris, y ante el hecho de que haya investigado e interesado por el bienestar de su yegua y que haya hecho este gran esfuerzo de comprar una silla a medida con todos sus ahorros. Ha dado un buen ejemplo a otros propietarios de caballos. ¡Gracias Iris!